¿Crees que el arte debe perseguir una finalidad didáctica? ¿Por qué?
Para saber cual es la finalidad del arte, debemos remontarnos a su origen, y ver cuales son los hilos que mueven a un artista al iniciarse en la creación de una obra. Normalmente, el artista, cuando coge su pincel, su pluma o su herramienta de trabajo, es movido por una necesidad de expresar y decir algo fruto de una inspiración procedente del mundo real o divino. Cuando un artista trabaja, se sumerge de lleno en el éxtasis de la creación y no se detiene para pensar en lo que pueda opinar el espectador. Se establece una comunicación directa entre el artista y su obra. El artista transmite lo que quiere decir en su obra a través de palabras, pinceladas o golpes de martillo. En ese éxtasis, el único que valora la obra es el propio autor, y es al único al que le debe agradar o desagradar. Él mismo es quién valora si la obra refleja lo que quiere transmitir porque es el único que realmente va a entenderla en todo su esplendor.
Una obra puede ser didáctica pero no es necesario que así lo sea, ya que, con una obra también se puede transmitir una inquietud, un sentimiento o una sensación. Cuando se imponen unos cánones en los que debe hacerse la obra, el arte desaparece y se convierte en un prisionero sin libertad. Los artistas que así lo creen (dudo que haya alguno) no se dan cuenta que tienen el mismo campo de movimiento que un albañil colocando ladrillos en el sitio que le ha indicado el arquitecto (Que es el verdadero artista) y se convierten en marionetas estéticas. ¿Qué sería de nosotros si a Jonh Lennon le hubiese dado por explicarnos el teorema de Pitágoras, o si Hamlet nos hubiese impartido clases de Barrio Sésamo? ¿Dónde quedaría el arte de Dalí si hubiese confundido un lienzo con una pizarra? ¿Qué serían de los cuentos sin moraleja de Julio Cortazar?
Por el contrario, el didactismo, tiene que ver más con el receptor de la obra que con el artista. Uno puede ver un Picasso y no ver nada, otro puede ver un Picasso, interesarse en su obra y despertar un interés que puede concluir en un aprendizaje. Uno puede leer una poesía y quedarse igual, otro con una mente inquieta la lee y aprende cosas. Se puede leer una novela y pasar por alto todas las palabras y términos que desconozcamos o se puede leer una novela y buscar todos términos desconocidos y aprender cual es su significado.
Hay que distinguir entre una obra de arte y tener arte para enseñar. No cabe duda que existe un arte para enseñar, al igual que lo hay para cocinar, para pelar gambas, para hacer barquitos de papel o para darle una paliza a alguien (Para otros llamado artes marciales).
Sin embargo, siempre habrá gente que seguirá confundiendo una novela con un libro de texto de segundo de bachiller. Para ellos son lo mismo: Libros.
Cualquier artista sabe que una creación nace dentro de su corazón. Sin ir más lejos, Leandro Fernández de Moratín, ilustrado por excelencia, uno de los principales promotores del didactismo en el teatro neoclásico, criticó en su obra El sí de las niñas la educación de sus tiempos. Pero detrás de ese trasfondo didactico, esconde una historia personal: la mujer a la que pretendía se casó por obligación con un primo suyo. ¿Será que los ilustrados, al contrario de lo que parece, se dejan guiar por sus sentimientos? ¿Será que ocultaban sus traumas y vivencias personales detrás de una crítica con fines didácticos?
¿Y tú qué opinas?
Nota: Esto era para un trabajo de clase, pero ya que lo he escrito por lo dejo por aquí...
Una obra puede ser didáctica pero no es necesario que así lo sea, ya que, con una obra también se puede transmitir una inquietud, un sentimiento o una sensación. Cuando se imponen unos cánones en los que debe hacerse la obra, el arte desaparece y se convierte en un prisionero sin libertad. Los artistas que así lo creen (dudo que haya alguno) no se dan cuenta que tienen el mismo campo de movimiento que un albañil colocando ladrillos en el sitio que le ha indicado el arquitecto (Que es el verdadero artista) y se convierten en marionetas estéticas. ¿Qué sería de nosotros si a Jonh Lennon le hubiese dado por explicarnos el teorema de Pitágoras, o si Hamlet nos hubiese impartido clases de Barrio Sésamo? ¿Dónde quedaría el arte de Dalí si hubiese confundido un lienzo con una pizarra? ¿Qué serían de los cuentos sin moraleja de Julio Cortazar?
Por el contrario, el didactismo, tiene que ver más con el receptor de la obra que con el artista. Uno puede ver un Picasso y no ver nada, otro puede ver un Picasso, interesarse en su obra y despertar un interés que puede concluir en un aprendizaje. Uno puede leer una poesía y quedarse igual, otro con una mente inquieta la lee y aprende cosas. Se puede leer una novela y pasar por alto todas las palabras y términos que desconozcamos o se puede leer una novela y buscar todos términos desconocidos y aprender cual es su significado.
Hay que distinguir entre una obra de arte y tener arte para enseñar. No cabe duda que existe un arte para enseñar, al igual que lo hay para cocinar, para pelar gambas, para hacer barquitos de papel o para darle una paliza a alguien (Para otros llamado artes marciales).
Sin embargo, siempre habrá gente que seguirá confundiendo una novela con un libro de texto de segundo de bachiller. Para ellos son lo mismo: Libros.
Cualquier artista sabe que una creación nace dentro de su corazón. Sin ir más lejos, Leandro Fernández de Moratín, ilustrado por excelencia, uno de los principales promotores del didactismo en el teatro neoclásico, criticó en su obra El sí de las niñas la educación de sus tiempos. Pero detrás de ese trasfondo didactico, esconde una historia personal: la mujer a la que pretendía se casó por obligación con un primo suyo. ¿Será que los ilustrados, al contrario de lo que parece, se dejan guiar por sus sentimientos? ¿Será que ocultaban sus traumas y vivencias personales detrás de una crítica con fines didácticos?
¿Y tú qué opinas?
Nota: Esto era para un trabajo de clase, pero ya que lo he escrito por lo dejo por aquí...
7 comentarios
Fenix -
jaja -
yo no vendo arte, lo vivo
y por supuesto no lo vendí, no me lo publicaron, pero está intacto. :) tal y como yo lo creé... quiénes son ellos para decirme si sobra o falta una palabra..??? es mi obra no la suya por muchos títulos que tengan!!! acaso creen que así fomentan el arte entre los jóvenes..? no! lo restringen!
ala ya ta. no os metáis con mi nik q os capo. en la vida hay q reir.
Rosicky -
Un abrazo!!! :)
monocamy -
Qué le vámoh a hasé...
P.D.
sin embargo, me encanta el estilo de Dalí. Es de los pocos que me gustan.
;)
Venus -
Polen -
_GiNiNa_ (amps) -