El moribundo ambulante
Ayer también tuve otra noche de insomnio, la segunda seguida. Ya era demasiado. Esta vez tenía un malestar general, una constante angustia y, para colmo, me han salido unas llagas en la boca que me están amargando. No puedo comer, ni puedo hablar sin parecer medio gilipollas. Por la noche llegué a la desesperación. Me levantaba, creía que iba a vomitar. No lo hacía. Me volvía a acostar. Era como si mi estómago fuese una lavadora centrifugando. Además tenía que levantarme por la mañana obligado; tenía que ir a la oficina de empleo para tramitar el paro y también tenía que inscribirme en la SGAE.
Se hicieron las 8 de la mañana y me levanté. No quedaba más remedio. Antes de ir al la oficina de empleo, tenía que pasar por Valencia y recoger en las oficinas de la empresa donde trabajaba los últimos papeles que me faltaban. Me fui en tren. Me daba la impresión de ser un zombi. Un demacrado que se tambaleaba en busca de su objetivo. Me metí en el tren y me senté. Me puse el mp3 en marcha. Era mejor no escuchar al resto de la gente. De este modo escuchaba mi música favorita mientras veía a los demás mover la boca y gesticular con sus manos. Enfrente de mí veía como un tío le estaba echando los tejos a la chica que tenía enfrente. Intentaba hacerla reír y todas esas cosas patéticas. Cuando ella apartaba la vista, el chico recorría con su mirada todo su cuerpo. Realmente estaba desesperado. Pero yo estaba con mi música, ajeno a todo eso y dudando si aguantaría todo el trayecto sin morirme.
Bajé del tren y me dirigí a las oficinas de la empresa. No sabía que comentarles cuando les viese, así que pensé en ser sincero y cuando me preguntasen como me iba tal les diría: “bien pero que estoy bastante enfermo y tal...”.
Cuando llegué, me abrieron la puerta, me dieron los papeles y no me preguntaron ni qué tal. ¿Para eso estuve un rato del camino pensando de qué hablaría con ellos? Eso son recursos humanos sí. Tan sólo les faltó no llamarme por mi nombre sino por el número de trabajador. A la mierda. Todavía no entiendo por qué existen las ETT.
Salí de allí y me dirigí a la SGAE. Tenía que hacerme socio porque tengo un asunto pendiente entre manos que ya comentaré cuando esté todo hecho. Ya fui allí una vez a pedir la documentación y ahora ya lo llevaba todo firmado. El gran problema para hacerme socio era que tenía que registrar al menos una obra y la canción debía presentarla en partitura. Yo sé leer minimamente las partituras, pero no se escribirlas bien, así que me la tuvo que hacer un amigo. Otro problema es que también pedían una prueba de que ya has estrenado alguna obra. Yo me preguntaba ¿Cómo vas a estrenar una obra si no la has registrado antes? Entonces pensé en los conciertos que hice cuando tenía el grupo y que quizás en el instituto me firmarían un papel acreditando que yo he estrenado canciones propias. Y así fue, los muy buenos me hicieron el favor.
Llegué y la chica encargada de los registros estaba almorzando. La que estaba de guardia de seguridad me dijo que me esperase y me dijo que había una cafetería al lado. Esperé y cuando empezó a sacarme tema de conversación decidí irme al bar. Cuando volví la chica todavía no había llegado, la guardia volvió a hablarme de tonterías. Parecía que aburría bastante y además era una desesperada de la vida. Parecía llevar buscando durante años al hombre definitivo que la aguatase. Yo no iba a ser su candidato, así que le dije que iba a esperar arriba. Allí había unos sofás muy cómodos. Llegó la chica, le di la obra, la documentación y pagué. Cuando ya estaba todo hecho. Le dije:
- ¿Y mi número de socio?
- Te lo enviarán por correo en un mes
- ¿¿En un mes?? ¡Si yo lo único que quería era el número!, ¡He hecho todo esto por el número!
Volví a la estación de tren justo cuando iba a salir el mio. Entonces salí disparado para cogerlo. Emprendí una carrera. Parecía estar en los 100 metros lisos. Ya estaba a punto de entrar, entonces sonó el pitidito. Pi pi pi pi pi. La puerta se cerró en mis narices. Presioné el botón verde para ver si la abría pero el tren partió y yo me cagué en su puta madre. La gente que estaría dentro del tren seguro que se estaba riendo de mí como yo me reía cuando estaba dentro y veía algo igual. Debía esperar media más hora en la estación a que saliese el próximo tren.
Subí al otro tren. Aún le quedaba rato para salir. Me puse de nuevo el Mp3 para escuchar a Joaquín Sabina. Todo iba bien aunque empecé a sentir de nuevo los retortijones de barriga. De pronto, entró un señor mayor, me preguntó algo y yo al tener los cascos puestos no entendí nada. Aun así le respondí que sí. El hombre se sentó y el tren partió. Al rato me preocupé por si el hombre me había preguntado si el tren iba a Castellón, a Xativa o a cualquier sitio menos al que iba. No importaba... en ese caso ya se daría cuenta cuando llegase.
Me fijé en la gente, siempre lo hago. Nunca he entendido nada sobre lenguaje corporal. Pero me daba la sensación de que todas las pueblerinas soían llevar bolso. Cuando se sientan se lo ponen encima de los muslos, con las manos cruzadas encima y con la mirada al frente como si estuviesen concentradas rezando el rosario. En esos momentos es cuando me surgen los pensamientos más profundos. Juntarse con la humanidad y observarla me dice mucho. Muchas veces me pregunto si el resto de los que están en el tren piensan tantas cosas como yo o simplemente van y vienen con las cabezas huecas. Da la sensación de que nadie tiene sentimientos puros, basta con ver las miradas que se echan entre ellos porque comparten el mismo tren y el mismo camino. A veces me dan ganas de saltar y gritar. Decir que ya basta. Que ya está bien de tanta tensión. De tantas miradas de asco. De poner sus mochilas o sus carpetas al lado de sus asientos para no tener a nadie al lado. La humanidad se odia entre sí. Y ya no es xenofobia. La xenofobia es rechazo hacia lo que viene de fuera. Esto es rechazo a lo que viene de dentro, a lo tuyo propio. ¿Habrá alguna palabra que lo defina?
Todo esto lo dice alguien que puso su carpeta en el asiento de al lado... ¿Qué más da lo que hiciese el resto del día?
11 comentarios
Fenix -
osiris -
Yo me quejo porque tengo que pagar a Bisbal y a su discográfica porque grabo la última kubuntu, las fotos de mi viaje a Francia y los pogüerpoints de la oficina.
Y en el caso de grabar música ese dinero no se reparte de manera democrática, y nunca iba a llegar a the strokes, muse, placebo, mando diao o similares, si no a king africa, david civera y ana torroja.
Como ya he dicho antes paso de discutir sobre un tema que ya es recurrente. Sólo comentar el motivo de mi rechazo a la sgae.
saludos fredy.
osiris -
Osiris -
SGAE no!!
Su -
De todas formas sólo quería desearte una buena semana, que la empezases con buen pie y tal :-)
Un beso Fredy
Trankiller -
Cuando esté todo claro nos lo enseñas?? (el asunto, no el miembro)
monocamy -
Supongo que también alguna vez ha pensado alguien que soy un cabeza hueca, cuando voy con los cascos puestos y mi pie sigue el ritmo de los graves de hip hop... aunque, realmente, yo vaya pensando en si habrá vida después de la muerte...
Venus -
Y creo que yo también tengo un poco de Introfobia como dice Celia, porque me jode muchísimo que alguien se quede parado al lado del sillón donde tengo los pies y me mire como diciendo, ¿los bajas? quiero sentarme!... y yo les sonrió muy hipócritamente y los bajo, pero en realidad estoy pensando... yo llegue antes idiota!
PD: yo también me hubiese reído en el momento en el que perdiste el tren, incluso hubiese hecho la gracia de decirte adiós con la mano... jajajaja, es una putada cuando te pasa, pero mola mucho cuando le pasa a los demás, jejeje...
Besitosss grandeeeeeeessssss y mimitossssss para que te cures y te pongas bueno pronto :) Cuídateeee!!!
Celia -
Observar mientras se es observado... Veo que a ti también te gusta eso jiji.
La palabra que buscas es Introfobia ( vamos, esq yo me invento palabras como el Daddy Yankee canciones xD) Pero prometo buscar una palabra más adecuada :)
Por cierto, como vuelvas a pedir perdón por escribir lo que te sale de las narices, me vas a escuchar ( o a leer XD)
Un besazo y mejórate. Muaks!!
Rosicky -
Y sonó, entre tú y yo el silbato del tren....
Me ha recordado a las épocas en que yo iba en bus con mi discman hacia el instituto... Me ponía a pensar esas cosas... y una vez quise gritar pero... no hay huevos xD
Un abrazo... no está mal redactado, tiene cierto desorden en frases... Pero está bien y me ha gustado porque compartos esas reflexiones...
Añadiría cosas más profundas... pero una mujer me ha robado las palabras...
Como dice borges:
\"Me duele una mujer en todo el cuerpo\"
UN abrazo!!!
En Tierra Firme -