Teoría científico-literaria sin rigor alguno que explica por qué siempre llego tarde a los sitios
Os explico: Desde siempre yo he salido pronto de casa para llegar puntual a clase. Pero inexplicablemente cuando llegaba siempre era tarde, siempre había pasado un cuarto de hora desde que había sonado la sirena. Yo por más intentos que he hecho por llegar pronto nunca lo he conseguirlo. Es más, parece que cuanta más prisa me dé más tarde llego.
Pero hoy se me iluminó la mente. Mientras leía de nuevo la teoría de la relatividad de Einstein en un intento inútil por comprenderla he llegado a la conclusión que mi coche viaja a la velocidad de la luz y por eso llego tarde a los sitios.
Ya sé que todavía no existe tecnología capaz de hacernos viajar a la velocidad de la luz. Pero en mi caso es distinto: Unos seres de otro planeta han cambiado el motor de mi coche y han instalado uno más moderno con el propósito de burlarse de mí y experimentar conmigo. Eso hace que durante el trayecto hacia el instituto mi Ford Fiesta alcance la velocidad de la luz durante unos segundos sin que yo sea consciente de ello. En esos segundos, se produce una dilatación del tiempo en mi percepción de la realidad y se desajusta mi reloj respecto al resto de la Tierra.
Einstein puso el ejemplo de los gemelos: si uno de dos gemelos viajase durante 20 años a la velocidad de la luz en su percepción temporal, cuando volviese del viaje, en la Tierra habrían pasado 60 años. Todo eso debido a la dilatación espacio-temporal que se produce a velocidades cercanas a la luz. Pues eso mismo me pasa a mí: Tal es mi prisa por llegar al instituto para instruirme y ver a mis queridos compañeros, que sin querer viajo a la velocidad de la luz durante algunos segundos y cuando llego ya ha pasado un cuarto de hora.
4 comentarios
Isaca -
Asmadeus -
Un abrazo, Fred.
Fenix -
Anxo -