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En Tierra Firme

Diario de un exiliado. 2ª temporada. Cap. 2. ¿A cuántos te has cargado?

Diario de un exiliado. 2ª temporada. Cap. 2. ¿A cuántos te has cargado?
Ya ha empezado el curso y parece que fue ayer cuando me matriculé en bachillerato. Estaba acojonado por lo que podía pasar en el piso. Tenía miedo de esas criaturas terrestres llamadas mujeres. Pero ahora estoy tranquilo. He descubierto que son personas civilizadas. Mucho más civilizadas que yo. Ahora el piso rebosa vida. La nevera esta llena. Se limpia. Se hacen cosas normales. Se compra lo que hace falta. No hay ni punto de comparación con la pesadilla del año pasado. No hacen competiciones por ver qué compresas son más absorbentes (que yo sepa). Se ha hecho un plan para que cada uno limpie una parte de la casa cada semana. Hay buen rollo. Vemos películas. Celebramos fiestas. Hacemos las cosas que se hacen en un piso de estudiantes normal y corriente. Todo esto ha empezado bien.

Este curso puede ser interesante. Las asignaturas de este año están más enfocadas a la publicidad y a la teoría de la comunicación, también tenemos una asignatura de expresión musical. Creo que aprenderé mucho. Intentaré contar aquí muchas cosas de las que aprendo, puede interesar a algún ávido lector (como todos los que leen esto).

Aunque tengo a algunos profesores lamentables. Tenemos al profesor más difícil de toda la carrera. No me ha gustado nada. Tiene buenos ideales, pero no tiene ninguna credibilidad. Un buen profesor de comunicación audiovisual debe saber comunicar. Que se sepa toda la teoría no me sirve de nada. Que nos dé toda una panzada de apuntes tampoco. Un buen comunicador debe saber comunicar, debe despertar interés, debe hacer que sus alumnos estén despiertos durante toda la clase y hacerla interesante. Este lo único que consigue es que bostecemos, que nos aburramos, que queramos irnos y que, al final, nadie quiera ir a su clase.

En la universidad abundan este tipo de profesores. Son esos profesores que se creen que por suspender al 90% de la gente tienen más prestigio. Sé de buena tinta que muchos profesores se preguntan entre ellos: “¿A cuántos te has cargado?” y si contestan que han suspendido a muchos parece que lo miren con más respeto. Entre ellos critican a esos profesores que aprueban a toda la clase sólo por haberse esforzado. No es que quiera que me den las cosas hechas, a mí no me gusta que me regalen nada en ese sentido porque el objetivo es aprender. Pero no me gusta que estos profesores se consideren “duros” o “buenos” sólo por suspender a mucha gente. Señores: si habéis suspendido a mucha gente no es porque seáis más buenos o más prestigiosos, sino porque no habéis conseguido transmitir lo que queréis a vuestros alumnos y no habéis inculcado nada. En vez de sacar pecho cada vez que digáis que habéis suspendido a 80 personas deberíais estar llorando y tomaros esa cifra como un auténtico fracaso personal. Cuando son tantos los suspendidos no sólo han fallado los alumnos. Os escudáis diciendo que la mayoría son idiotas, pero no es así, la mayoría se esfuerza y estamos aquí porque queremos. Papá y mamá ya no nos ponen el bocadillito en la mochila y nos obligan a venir a clase.

Pero lamentablemente seguirán existiendo los profesores pedantes. Estos que tienen la autoestima tan baja que tienen recordar todos los días que han escrito unos cuantos libros que son un auténtico tostón, o que el autor del manual que estamos estudiando es amigo suyo, o que el autor de la teoría de la comunicación más respetada fue compañero suyo en la facultad. ¿A nosotros qué nos importa eso? ¿Es que se creen que por ser amigos de un autor u otro tienen más prestigio? ¿Creen que por ser amigos de algún “famosillo” ya les pertenece parte de esa “fama” y “genialidad”?

Limitaos a enseñar, a prepararos clases interesantes y a procurar que la mayoría de gente aprenda lo que tiene que aprender.

Os dejo con esta parrafada, que ya copié en su día aquí, de la película Lugares comunes de Adolfo Aristarain.

“Mostrar no es adoctrinar, es dar información pero dando también, el método para entender, analizar, razonar y cuestionar una información. (...)Si alguno de ustedes es un deficiente mental y cree en verdades reveladas, dogmas religiosos o doctrinas políticas, sería saludable que se dedicaran a otra profesión, a predicar en un templo o desde una tribuna. Si por desgracia siguen en esto, traten de dejar las supersticiones en el pasillo antes de entrar al aula.
No obliguen a sus alumnos a estudiar de memoria, no sirve. Lo que se impone por la fuerza se rechaza y en poco tiempo se borra. Ningún chico será mejor persona por saber de memoria en qué año nació Cervantes. Pónganse como meta hacerlos pensar, que duden, que se hagan preguntas.”

6 comentarios

juan rafael -

Le has dado un buen repaso a la docencia

.A. -

sí, piensa en ello...

noshow -

Uf, y si son dos lobas sexuales tus nuevas compañeras de piso y te pasas todo el año viviendo una orgia??? Piensa en ello, el invierno es muy largo y aburrido. Quizas eres el elegido.

Rosicky -

No tengo nada más que añadir.

Espero que resurga de sus cenizas. Le echo de menos (y mi quijada también).

Zalemas y abrazos... ¡maese!
:D

Raposa -

Yo tenia un profesor de Genetica que suspendió al 100% de la clase. Nunca más se supo de el.

Catalina -

Las mujeres son otra especie. Me alegra comprobar que este curso no sufres tanto jejeje.

En cuanto a lo que es un profesor, dejar claro que más que un informador, es un formador. Yo lo resumiría así.
La información se puede obtener fácilmente por cualquier medio, el más usado: internet o el que sea, pero formar para que los procesos de aprendizajes y actitudes haga autónomos al estudiante, lo dominan muy pocos. Es más, si se descuidan, cualquier alumno con tu criterio podría darle clases a ellos ;)
No tienen ni puta idea de didáctica, ni metodología.
Paciencia, chico.
Que tengas buen curso y pocas compresas tiradas por descuido donde no se debe jajaja.