Intimando con Bukowski
La gente que apunta cosas en libretas y anota sus pensamientos me parece gilipollas. Yo sólo estoy haciendo esto porque alguien sugirió que lo hiciera, así que ya veis: ni siquiera soy un gilipollas original. Pero de alguna manera esto facilita las cosas. Dejo que fluya. como una cagada caliente rodando por una cuesta.
(...)
No hay que lamentarse por la muerte, como no hay que lamentarse por una flor que crece. Lo terrible no es la muerte, sino las vidas que la gente vive o no vive hasta su muerte. No hacen honor a sus vidas, les mean encima. Las cagan. Estúpidos gilipollas. Se concentran demasiado en follar, ir al cine, el dinero, la familia, follar. Sus mentes están llenas de algodón. Se tragan a Dios sin pensar, se tragan la patria sin pensar. Muy pronto se olvidan de cómo pensar, dejan que otros piensen por ellos. Sus cerebros están rellenos de algodón. Son feos, hablan feo, caminan feo. Ponles la gran música de los siglos y no la oyen. La muerte de la mayoría de la gente es una farsa. No queda nada que pueda morir.
(..)
¿Quién inventó las escaleras mecánicas? Escalones que se mueven. Y luego hablamos de locuras. La gente sube y baja por escaleras mecánicas, en ascensores, conduce cohces, tiene garajes con puertas que se abren tocando un botón. Luego van al gimnasio a quitarse la grasa. Dentro de 4.000 años no tendremos piernas, nos menearemos hacia delante usando el culo, o quizá simplemente rodemos como rastrojos que lleva el viento. Cada especie se destruye a sí misma. Lo que mató a los dinosaurios fue que se comieron todo l oque había a su alrededor y luego tuvieron que comerse los unos a los otros, y al final sólo quedó uno, y ese hijo de puta se murió de hambre.
(..)
Veo suficiente humanidad en los hipódromos, los supermercados, las gasolineras, las autopistas, los cafés, etc. Eso es inevitable. Pero siemrpe tengo ganas de darme una patada en el culo cuando voy a reuniones sociales, aunque las copas sean gratis. Nunca me sirve para nada. Ya tengo bastante arcilla con la que jugar. La gente me vacía. Tengo que alejarme para volver a llenarme. Lo mejor para mí soy yo mismo; quedarme aquí encorvado, fumando un cigarro y viendo cómo aparecen las palabras en esta pantalla. Es raro conocer a una persona inuaual o interesante. Es más que mortificante; es un puto espanto constante. Me está convirtiendo en un gruñón.
(...)
Cuando has leído una cierta cantidad de literatura decente, simplemente no hay más. Tenemos que escribirla nosotros mismos. No queda jugo en el aire. Pero siempre espero qdespertarme por la mañana. Y la mañana en que no lo haga, muy bien.
(..)
- Tengo 96 años - dijo.
- Ya lo sé, Charley.
- Dios no me lleva con él porque tiene miedo de que le quiete el empleo.
- Podría hacerlo.
- Y podría quitarle el empleo al diablo, también.
(...)
Nunca puedo cruzar un puente con el coche sin pensar en el suicidio. Nunca puedo contemplar un lago o un océano sin pensar en el suicidio. Bueno, tampoco le doy demasiadas vueltas. Pero se me aparece de repente en la cabeza: SUICIDIO. Como una luz que se enciende. En la oscuridad. El hecho de que exista una salida te ayuda a aquedarte dentro. ¿Me explico? De lo contrario, no quedaría más que la locura.
(...)
Que sueño de ignorantes. Es como cuando ligaba con mujeres en los bares. Solía pensar, quizá ésta sea la que estaba buscando. otra rutina más. Y sin embargo, durante el acto sexual, pensaba: ésta es otra rutina. Estoy haciendo lo que se supone que tengo que hacer. Me sentía ridículo, pero seguía adelante en cualquier caso. ¿Qué otra cosa podía hacer? Tendría que haberme parado. Tendría que haberme echado hacia atrás y haber dicho:
- Mira, nena, estamos siendo estúpidos. No somos más que peones en manos de la naturaleza.
- ¿Qué quieres decir?
- Lo que quiero decir, nena, es que si alguna vez has visto dos mocas follando o algo de eso.
- ¡ESTAS LOCO! ¡YO ME LARGO DE AQUÍ!
Extraido del libro "El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco" de Charles Bukowski.
(...)
No hay que lamentarse por la muerte, como no hay que lamentarse por una flor que crece. Lo terrible no es la muerte, sino las vidas que la gente vive o no vive hasta su muerte. No hacen honor a sus vidas, les mean encima. Las cagan. Estúpidos gilipollas. Se concentran demasiado en follar, ir al cine, el dinero, la familia, follar. Sus mentes están llenas de algodón. Se tragan a Dios sin pensar, se tragan la patria sin pensar. Muy pronto se olvidan de cómo pensar, dejan que otros piensen por ellos. Sus cerebros están rellenos de algodón. Son feos, hablan feo, caminan feo. Ponles la gran música de los siglos y no la oyen. La muerte de la mayoría de la gente es una farsa. No queda nada que pueda morir.
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¿Quién inventó las escaleras mecánicas? Escalones que se mueven. Y luego hablamos de locuras. La gente sube y baja por escaleras mecánicas, en ascensores, conduce cohces, tiene garajes con puertas que se abren tocando un botón. Luego van al gimnasio a quitarse la grasa. Dentro de 4.000 años no tendremos piernas, nos menearemos hacia delante usando el culo, o quizá simplemente rodemos como rastrojos que lleva el viento. Cada especie se destruye a sí misma. Lo que mató a los dinosaurios fue que se comieron todo l oque había a su alrededor y luego tuvieron que comerse los unos a los otros, y al final sólo quedó uno, y ese hijo de puta se murió de hambre.
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Veo suficiente humanidad en los hipódromos, los supermercados, las gasolineras, las autopistas, los cafés, etc. Eso es inevitable. Pero siemrpe tengo ganas de darme una patada en el culo cuando voy a reuniones sociales, aunque las copas sean gratis. Nunca me sirve para nada. Ya tengo bastante arcilla con la que jugar. La gente me vacía. Tengo que alejarme para volver a llenarme. Lo mejor para mí soy yo mismo; quedarme aquí encorvado, fumando un cigarro y viendo cómo aparecen las palabras en esta pantalla. Es raro conocer a una persona inuaual o interesante. Es más que mortificante; es un puto espanto constante. Me está convirtiendo en un gruñón.
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Cuando has leído una cierta cantidad de literatura decente, simplemente no hay más. Tenemos que escribirla nosotros mismos. No queda jugo en el aire. Pero siempre espero qdespertarme por la mañana. Y la mañana en que no lo haga, muy bien.
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- Tengo 96 años - dijo.
- Ya lo sé, Charley.
- Dios no me lleva con él porque tiene miedo de que le quiete el empleo.
- Podría hacerlo.
- Y podría quitarle el empleo al diablo, también.
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Nunca puedo cruzar un puente con el coche sin pensar en el suicidio. Nunca puedo contemplar un lago o un océano sin pensar en el suicidio. Bueno, tampoco le doy demasiadas vueltas. Pero se me aparece de repente en la cabeza: SUICIDIO. Como una luz que se enciende. En la oscuridad. El hecho de que exista una salida te ayuda a aquedarte dentro. ¿Me explico? De lo contrario, no quedaría más que la locura.
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Que sueño de ignorantes. Es como cuando ligaba con mujeres en los bares. Solía pensar, quizá ésta sea la que estaba buscando. otra rutina más. Y sin embargo, durante el acto sexual, pensaba: ésta es otra rutina. Estoy haciendo lo que se supone que tengo que hacer. Me sentía ridículo, pero seguía adelante en cualquier caso. ¿Qué otra cosa podía hacer? Tendría que haberme parado. Tendría que haberme echado hacia atrás y haber dicho:
- Mira, nena, estamos siendo estúpidos. No somos más que peones en manos de la naturaleza.
- ¿Qué quieres decir?
- Lo que quiero decir, nena, es que si alguna vez has visto dos mocas follando o algo de eso.
- ¡ESTAS LOCO! ¡YO ME LARGO DE AQUÍ!
Extraido del libro "El capitán salió a comer y los marineros tomaron el barco" de Charles Bukowski.
2 comentarios
Polen -
PD: ¡¡visca!! (el barça, digo)
D Z -