Padrazo
- Estoy embarazada.
Él no reaccionó, se quedó mirándola, por fin le había dicho aquello importante que tenía que contarle. Estuvo muy preocupado, pensaba que le iba a dejar, la notaba muy rara en la última semana y se temía lo peor. Esta noticia le pillo por sorpresa.
- ¿Y que vas a hacer? ¿Vas a abortar no? -dijo él.
- No, quiero tenerlo.
- ¿Pero estas segura cariño?
- Sí, jamás me he planteado eso, sabes lo que pienso acerca del tema.
Hubo un silencio, dio gracias por haber estado sentado al recibir la noticia, la verdad es que no se encontraba muy bien, se estaba mareando, parecía él quien se había quedado embarazado.
- Yo no te obligo a nada cariño, yo voy a tenerlo, espero que me entiendas. - dijo ella.
- Si yo digo nada, pero tú tienes veinte años y yo veintiuno, solo pienso que es un poco pronto.
- Cariño, la decisión está tomada, sé que no llevamos mucho tiempo, sé que esto te pillará muy por sopesa, que no te lo esperabas, sé que estarás confuso, pero espero que me ayudes, tú vas a ser el padre, pero si no quieres saber nada del tema te entenderé.
- No, no pienses eso por favor, yo te voy a dar mi apoyo, voy a hacerme cargo del niño, y le voy a dar todo lo que le haga falta, y a ti no te voy a fallar, voy a estar a tu lado siempre.
A ella le reconfortó escuchar eso, él siguió:
- ¿Sabes que te quiero y eres lo más bonito de mi vida no?
Ella se emocionó, le dio un gran abrazo que este le correspondió, le saltaron las lágrimas. A él ya se le había pasado el nerviosismo del primer momento, la consolaba, le secaba sus lágrimas y la mimaba. Le dio un dulce beso y le dijo:
- No te preocupes cariño, ademas, ahora cuando se lo contemos a nuestros padres seguro que se alegran y nos apoyaran en todo.
- Es cierto mi vida.
Ella estaba extremadamente emocionada
- Verás cuando se lo cuente a Luci, ayer se lo conté y me dijo que te lo dijera lo antes posible, que no podía esperar más, pero es que no sabía como ibas a reaccionar y tenía miedo.
Al cabo del rato se despidieron, ella se fue a casa de Luci para contarle la grata noticia de que él le iba a apoyar.
Se dieron otro intenso abrazo.
-----
La casa estaba en silencio, la puerta se abrió con un golpe brusco, se dirigió rápidamente al armario y con un pequeño esfuerzo logró sacar la maleta que había en lo más alto, la abrió sobre la cama, después abrió los cajones de su mesita, cogió la ropa interior y la arrojó en la maleta sin ninguna delicadeza, luego abrió el cajón de las camisas y las arrojó también, lo mismo hizo con unos cuantos pantalones que tenía, cogió unos libros, el discman, unos discos y cerró la maleta con todo su interior absolutamente desordenado. Fue todo muy rápido.
-----
El cigarro se consumía en el cenicero, Luci lo cogió y le pegó una calada.
- Bueno, ¡cuéntame!
- ¡Tía, tía, tía! ¡Se ha portado superbien conmigo, al principio me ha preguntado si iba a abortar pero le dije todo y me ha dicho que se va a hacer cargo y que va a estar a mi lado siempre!- Su cara desprendía felicidad. Luci y ella se abrazaron muy emocionadas, estaban felices.
- ¡Jo tía! ¡No sabes cuanto me alegro! La verdad es que no me lo esperaba, ya sabes que de él se puede esperar cualquier cosa y siempre te dije que no te convenía pero ahora a demostrado que es un hombre.
- Sí, ya te lo dije tía, que es un poco raro pero es muy legal y se porta muy bien conmigo.
- Por fin tienes a alguien que vale la pena, no todos reaccionan así, es un buen tío.
-----
Entre semana por las mañanas no había mucha gente en el aeropuerto de Manises, tenía que conseguir un billete. Mientras miraba el panel de los próximos vuelos pensó que no había dejado ninguna nota en casa de despedida, pero recapacitó.
-Mejor así.-Dijo para sus adentros.
En el panel aparecía un vuelo bastante atractivo, 13:40 Sydney IBE 736353. Era el lugar ideal. Se fue a las taquillas de Iberia.
-Perdone, ¿Quedan plazas para el vuelo de Sydney?
-Un segundo por favor... a ver.. ha tenido suerte caballero, esta misma mañana han anulado un billete.
-Déme el billete por favor.
No le importó pagar esa cantidad por el billete, antes de dirigirse al aeropuerto se aseguró de dejar limpias sus cuentas de ahorros, incluso la que tenía a medias con ella con tanto dinero ahorrado. Llevaba todo el dinero en efectivo dentro de la maleta.
---
Ya se encontraba en su asiento, no había tenido suerte de que le tocase en la parte de la ventana. Se haría bastante duro el viaje pero por suerte había cogido alguno de sus libros favoritos.
El hombre de al lado inició una conversación con él, e intercambiaron algunas impresiones primero sobre el tiempo, sobre el fútbol y luego acabaron preguntándose por qué iban a Australia, él se excusó diciendo que era un viaje de empresa, que tenía que hacer unas gestiones con empresas de allí. No se le ocurrió otra cosa.
- ¿Y usted?¿A qué va a Australia? - le preguntó por pura curiosidad.
- A ver a mis hijos.
- ¿A sus hijos?
- Sí, veras, yo estuve casado con una australiana, y viví allí durante dos años, pero luego las cosas no funcionaron, pero tuvimos durante ese tiempo dos hijos, y voy una vez al año a verlos, porque yo decidí volver a España con mi gente y mi familia. Pero nunca me olvido de ellos, son lo mejor que tengo.
El hombre se sacó la cartera y la abrió, le mostró la foto de dos niños.
-Mira, son estos dos, ¿Verdad que son un encanto?
Se quedó mirando la estampa de los dos niños durante un instante, le parecían dos horribles criaturas. Y le dijo:
-Sí, tiene usted suerte de tener dos joyas así.
-Sí hijo sí... no se yo que haría sin ellos, son mi vida, son lo mejor de mi existencia.
-Ya me lo imagino...
A él le entró de repente una duda, y decidió comentársela.
-Por cierto... ¿Como te sentiste cuando te dijeron que ibas a ser padre?
-Es la mejor noticia que me dieron en mi vida, fue el momento más feliz que sentí, desde aquel momento cambió mi vida... tener hijos es lo más maravilloso que hay....
Se recostó en el asiento mirando hacia la nada, estaba sonriente y flotando sólo por recordar ese momento.Él le miraba sorprendido y le dijo:
-Nunca he vivido eso....- Esbozó una leve sonrisa sarcástica y siguió: - pero le creo.
Y continuó leyendo su libro.
Él no reaccionó, se quedó mirándola, por fin le había dicho aquello importante que tenía que contarle. Estuvo muy preocupado, pensaba que le iba a dejar, la notaba muy rara en la última semana y se temía lo peor. Esta noticia le pillo por sorpresa.
- ¿Y que vas a hacer? ¿Vas a abortar no? -dijo él.
- No, quiero tenerlo.
- ¿Pero estas segura cariño?
- Sí, jamás me he planteado eso, sabes lo que pienso acerca del tema.
Hubo un silencio, dio gracias por haber estado sentado al recibir la noticia, la verdad es que no se encontraba muy bien, se estaba mareando, parecía él quien se había quedado embarazado.
- Yo no te obligo a nada cariño, yo voy a tenerlo, espero que me entiendas. - dijo ella.
- Si yo digo nada, pero tú tienes veinte años y yo veintiuno, solo pienso que es un poco pronto.
- Cariño, la decisión está tomada, sé que no llevamos mucho tiempo, sé que esto te pillará muy por sopesa, que no te lo esperabas, sé que estarás confuso, pero espero que me ayudes, tú vas a ser el padre, pero si no quieres saber nada del tema te entenderé.
- No, no pienses eso por favor, yo te voy a dar mi apoyo, voy a hacerme cargo del niño, y le voy a dar todo lo que le haga falta, y a ti no te voy a fallar, voy a estar a tu lado siempre.
A ella le reconfortó escuchar eso, él siguió:
- ¿Sabes que te quiero y eres lo más bonito de mi vida no?
Ella se emocionó, le dio un gran abrazo que este le correspondió, le saltaron las lágrimas. A él ya se le había pasado el nerviosismo del primer momento, la consolaba, le secaba sus lágrimas y la mimaba. Le dio un dulce beso y le dijo:
- No te preocupes cariño, ademas, ahora cuando se lo contemos a nuestros padres seguro que se alegran y nos apoyaran en todo.
- Es cierto mi vida.
Ella estaba extremadamente emocionada
- Verás cuando se lo cuente a Luci, ayer se lo conté y me dijo que te lo dijera lo antes posible, que no podía esperar más, pero es que no sabía como ibas a reaccionar y tenía miedo.
Al cabo del rato se despidieron, ella se fue a casa de Luci para contarle la grata noticia de que él le iba a apoyar.
Se dieron otro intenso abrazo.
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La casa estaba en silencio, la puerta se abrió con un golpe brusco, se dirigió rápidamente al armario y con un pequeño esfuerzo logró sacar la maleta que había en lo más alto, la abrió sobre la cama, después abrió los cajones de su mesita, cogió la ropa interior y la arrojó en la maleta sin ninguna delicadeza, luego abrió el cajón de las camisas y las arrojó también, lo mismo hizo con unos cuantos pantalones que tenía, cogió unos libros, el discman, unos discos y cerró la maleta con todo su interior absolutamente desordenado. Fue todo muy rápido.
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El cigarro se consumía en el cenicero, Luci lo cogió y le pegó una calada.
- Bueno, ¡cuéntame!
- ¡Tía, tía, tía! ¡Se ha portado superbien conmigo, al principio me ha preguntado si iba a abortar pero le dije todo y me ha dicho que se va a hacer cargo y que va a estar a mi lado siempre!- Su cara desprendía felicidad. Luci y ella se abrazaron muy emocionadas, estaban felices.
- ¡Jo tía! ¡No sabes cuanto me alegro! La verdad es que no me lo esperaba, ya sabes que de él se puede esperar cualquier cosa y siempre te dije que no te convenía pero ahora a demostrado que es un hombre.
- Sí, ya te lo dije tía, que es un poco raro pero es muy legal y se porta muy bien conmigo.
- Por fin tienes a alguien que vale la pena, no todos reaccionan así, es un buen tío.
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Entre semana por las mañanas no había mucha gente en el aeropuerto de Manises, tenía que conseguir un billete. Mientras miraba el panel de los próximos vuelos pensó que no había dejado ninguna nota en casa de despedida, pero recapacitó.
-Mejor así.-Dijo para sus adentros.
En el panel aparecía un vuelo bastante atractivo, 13:40 Sydney IBE 736353. Era el lugar ideal. Se fue a las taquillas de Iberia.
-Perdone, ¿Quedan plazas para el vuelo de Sydney?
-Un segundo por favor... a ver.. ha tenido suerte caballero, esta misma mañana han anulado un billete.
-Déme el billete por favor.
No le importó pagar esa cantidad por el billete, antes de dirigirse al aeropuerto se aseguró de dejar limpias sus cuentas de ahorros, incluso la que tenía a medias con ella con tanto dinero ahorrado. Llevaba todo el dinero en efectivo dentro de la maleta.
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Ya se encontraba en su asiento, no había tenido suerte de que le tocase en la parte de la ventana. Se haría bastante duro el viaje pero por suerte había cogido alguno de sus libros favoritos.
El hombre de al lado inició una conversación con él, e intercambiaron algunas impresiones primero sobre el tiempo, sobre el fútbol y luego acabaron preguntándose por qué iban a Australia, él se excusó diciendo que era un viaje de empresa, que tenía que hacer unas gestiones con empresas de allí. No se le ocurrió otra cosa.
- ¿Y usted?¿A qué va a Australia? - le preguntó por pura curiosidad.
- A ver a mis hijos.
- ¿A sus hijos?
- Sí, veras, yo estuve casado con una australiana, y viví allí durante dos años, pero luego las cosas no funcionaron, pero tuvimos durante ese tiempo dos hijos, y voy una vez al año a verlos, porque yo decidí volver a España con mi gente y mi familia. Pero nunca me olvido de ellos, son lo mejor que tengo.
El hombre se sacó la cartera y la abrió, le mostró la foto de dos niños.
-Mira, son estos dos, ¿Verdad que son un encanto?
Se quedó mirando la estampa de los dos niños durante un instante, le parecían dos horribles criaturas. Y le dijo:
-Sí, tiene usted suerte de tener dos joyas así.
-Sí hijo sí... no se yo que haría sin ellos, son mi vida, son lo mejor de mi existencia.
-Ya me lo imagino...
A él le entró de repente una duda, y decidió comentársela.
-Por cierto... ¿Como te sentiste cuando te dijeron que ibas a ser padre?
-Es la mejor noticia que me dieron en mi vida, fue el momento más feliz que sentí, desde aquel momento cambió mi vida... tener hijos es lo más maravilloso que hay....
Se recostó en el asiento mirando hacia la nada, estaba sonriente y flotando sólo por recordar ese momento.Él le miraba sorprendido y le dijo:
-Nunca he vivido eso....- Esbozó una leve sonrisa sarcástica y siguió: - pero le creo.
Y continuó leyendo su libro.
4 comentarios
Rosier -
Una persona ha de ser consecuente con sus actos y ese, es un acto de dos, sin más
Él pierde más que nadie, lo más precioso que puede regalarte la vida, un hijo.
wiShe -
Polen -
Ser padres es cosa de dos, pero en ocasiones llega sin avisar. La llegada de un hijo no debe atar a una pareja, pero nunca se debe renunciar a un ser que es parte de ti... Lo lamento por él, se perderá algo muy hermoso, peor por otro lado que carajo, que se joda ese imbécil!!
Hank -