Terrorismo, amenazas y el euro del carro
Ayer desalojaron el centro comercial donde trabajo yo por una amenaza de bomba, la gente salió histérica, algunos corrían, otros gritaban, una vez fuera algunas personas estuvieron a punto de desmayarse, la policía nacional rodeó el recinto, entraron con perros detectores de bombas, eran momentos angustiosos, los trabajadores permanecieron a la espera en un solar cercano al centro. Algunos lloraban por el susto.
Tras una inspección que duró bastante tiempo, dieron permiso para volver a entrar, en primer lugar los empleados y estos lo hicieron con miedo por si no habían buscado bien, consideraban que el tiempo que los policías habían estado buscando era insuficiente para revisarlo todo, así que armándose de valentía volvieron a sus puestos de trabajo aun con el miedo en el cuerpo. Los rostros los tenían pálidos, los pulsos temblorosos, el ritmo cardiaco acelerado y la respiración entrecortada.
De inmediato abrieron las puertas al público, sorprendentemente mucha gente volvió a entrar, haciendo un gran acopio de valor y demostrando una entereza inigualable. Es bueno que ningún terrorista modifique los planes de ningún ciudadano, que nadie haga interrumpir su vida normal. Pero hasta cierto punto. Y es aquí donde quiero llegar amigos.
Tras la debacle, tras el caos producido, tras haber tenido pensamientos como este puede ser el último día de mi vida. La gente volvió a entrar. Y no sólo eso amigos, los más osados se pusieron a buscar su carro y al no encontrarlo reclamaron en información la devolución de su correspondiente euro del carro, los cuales, habían sido retirados por motivos de seguridad para ser inspeccionados por la policía. Algunos de los que volvieron a entrar se pronunciaban enérgicamente en contra del centro comercial y exigían con vehemencia la devolución de su euro ante la mirada atónita de la chica de recepción, la cual todavía estaba conmocionada por lo que había sucedido tan sólo unos minutos antes.
Y no sólo eso queridos amigos, los más osados, incluso, protestaban porque habían estado durante un largo tiempo haciendo la compra y ya habían llenado dos carros y según decían ellos: ¿Y ahora qué? ¿Tengo que volver a hacer la compra? Con un enfado fuera de lo normal.
Es ahora, queridos amigos, cuando uno se replantea su existencia y la de muchos seres de este planeta. Muchos volvieron a nacer tras creer que estallaría en cualquier momento el artefacto. Otros, estuvieron pendientes de toda la operación policial desplegada, no para observar las fuerzas de seguridad luchando en pro de la libertad, la democracia y la seguridad sino para que les devolviesen el euro del carro que se habían dejado dentro del carrefour.
Todavía hay quien se atreve a decir que el ser humano es un animal pensante. En vez de huir a la seguridad de sus putas casas, de marcharse lejos, de guarecerse o de esperar a otro día. En vez de darse cuenta de lo mucho que quieren a su mujer y a sus hijos, de decírselo, de demostrárselo, en vez de darse cuenta de lo finita que es la línea que separa la vida y la muerte se preocupan por estupideces.
No tengo más palabras para expresar la estupidez humana, esa especie pensante, pero retrasada.
FIN
PD: El euro del carro fue devuelto a los propietarios de los carros sin tener demostrar previamente que estaban comprando ahí. Por lo cual, se produjo una situación que tan sólo podía producirse en un país llamado España, mucha gente acudió a información alentada por la noticia de Euros gratis para todos, produciéndose un nuevo colapso de gente, paciencia y estupidez.
PD2: Ante semejante espectáculo, mi pensamiento asesino fue: Lástima que la bomba no explotase ahora ante esos imbéciles.
Tras una inspección que duró bastante tiempo, dieron permiso para volver a entrar, en primer lugar los empleados y estos lo hicieron con miedo por si no habían buscado bien, consideraban que el tiempo que los policías habían estado buscando era insuficiente para revisarlo todo, así que armándose de valentía volvieron a sus puestos de trabajo aun con el miedo en el cuerpo. Los rostros los tenían pálidos, los pulsos temblorosos, el ritmo cardiaco acelerado y la respiración entrecortada.
De inmediato abrieron las puertas al público, sorprendentemente mucha gente volvió a entrar, haciendo un gran acopio de valor y demostrando una entereza inigualable. Es bueno que ningún terrorista modifique los planes de ningún ciudadano, que nadie haga interrumpir su vida normal. Pero hasta cierto punto. Y es aquí donde quiero llegar amigos.
Tras la debacle, tras el caos producido, tras haber tenido pensamientos como este puede ser el último día de mi vida. La gente volvió a entrar. Y no sólo eso amigos, los más osados se pusieron a buscar su carro y al no encontrarlo reclamaron en información la devolución de su correspondiente euro del carro, los cuales, habían sido retirados por motivos de seguridad para ser inspeccionados por la policía. Algunos de los que volvieron a entrar se pronunciaban enérgicamente en contra del centro comercial y exigían con vehemencia la devolución de su euro ante la mirada atónita de la chica de recepción, la cual todavía estaba conmocionada por lo que había sucedido tan sólo unos minutos antes.
Y no sólo eso queridos amigos, los más osados, incluso, protestaban porque habían estado durante un largo tiempo haciendo la compra y ya habían llenado dos carros y según decían ellos: ¿Y ahora qué? ¿Tengo que volver a hacer la compra? Con un enfado fuera de lo normal.
Es ahora, queridos amigos, cuando uno se replantea su existencia y la de muchos seres de este planeta. Muchos volvieron a nacer tras creer que estallaría en cualquier momento el artefacto. Otros, estuvieron pendientes de toda la operación policial desplegada, no para observar las fuerzas de seguridad luchando en pro de la libertad, la democracia y la seguridad sino para que les devolviesen el euro del carro que se habían dejado dentro del carrefour.
Todavía hay quien se atreve a decir que el ser humano es un animal pensante. En vez de huir a la seguridad de sus putas casas, de marcharse lejos, de guarecerse o de esperar a otro día. En vez de darse cuenta de lo mucho que quieren a su mujer y a sus hijos, de decírselo, de demostrárselo, en vez de darse cuenta de lo finita que es la línea que separa la vida y la muerte se preocupan por estupideces.
No tengo más palabras para expresar la estupidez humana, esa especie pensante, pero retrasada.
FIN
PD: El euro del carro fue devuelto a los propietarios de los carros sin tener demostrar previamente que estaban comprando ahí. Por lo cual, se produjo una situación que tan sólo podía producirse en un país llamado España, mucha gente acudió a información alentada por la noticia de Euros gratis para todos, produciéndose un nuevo colapso de gente, paciencia y estupidez.
PD2: Ante semejante espectáculo, mi pensamiento asesino fue: Lástima que la bomba no explotase ahora ante esos imbéciles.
2 comentarios
Rosicky -
Alicia -
A veces no creo en la gente, me cuesta. Es luchar contra tanta ignorancia y falta de humanismo que parece una tarea imposible. Aun sigo creyendo en la gente, en nosotros, por que? no lo se bien, pero espero no equivocarme.
Yo he presenciado unos casos parecidos. Uno de los que mas me llamo la atencion fue en un vuelo :
Una chica diabetica entro en coma volviendo de Canada a uk y tuvimos que volver a la costa canadiense y todo el avion en estado de emergencia.
Esto paso cuando se estaba sirviendo el segundo servicio de cafe y te, y claro se tuvo que parar para que nosotr@s ( azafatas) tuvieramos tiempo a guardar todo y asegurar el avion antes de aterrizar. Y la gente que se quedo sin segundo cafe y te, hizo un escandalo quejandose sin parar y tan siquiera preocupandose de la chica que estaba a punto de morir. Yo me quede en estado de shock y me dio verguenza ser humana!!
Pero tuve mucho placer en responder groseramente a todos los pasajeros que lo merecian y,nadie pregunto si la chica estaba bien!
Es una larga historia, porque la historia sigue con mas animaladas humanas , pero el resto ya os lo podeis imaginar.
Solo nos importa nuestro propio culo!