La persistencia de la memoria
En un día puedo vender hasta 25 o 30 teléfonos, todo números distintos y todos a personas distintas aunque, eso sí, todas digan lo mismo, preguntan lo mismo e incluso todos parecen tener la misma voz estúpida.
Hoy ha venido un engendro humano que compró un teléfono ayer preguntándome gilipolleces sobre los mensajes multimedia. Al encender su teléfono me ha venido a la cabeza su número pin que le puse el día anterior, le pregunto si su número pin es el 9998 y el tío me dice
- Joder macho, qué cabeza tienes.
Al escuchar eso me he regocijado en mi vanidad pensando en lo inteligente que soy.
Más tarde he ido al cajero automático porque necesitaba dinero para tomar café, mientras caminaba seguía pensando en la extraordinaria memoria que tenía y en lo increíblemente sorprendido que se habrá quedado el engendro del teléfono, no encontraba ninguna explicación a como Dios podía haber creado a un ser tan excepcional y con tanta memoria como la mía. Yo mismo estaba sorprendido de mi propia capacidad intelectual.
Siempre he tenido mala memoria, pero tras un suceso como el de hoy he empezado a pensar que estaba eliminando ese defecto. Desde siempre los tests de inteligencia me han salido altos, pero cuando salía un gráfico con todas las capacidades, todas salían altas salvo la memoria, que se colocaba aproximadamente en el 25% de la mediana.
Al llegar al cajero he puesto la Visa, he puesto el número, he intentado sacar dinero y me ha salido en pantalla: PIN ERRÓNEO.
No me acordaba del número pin de mi tarjeta que llevo utilizando con frecuencia desde hace más de 5 años, he llamado a casa para que buscaran en un cajón donde tengo apuntadas todas esas cosas para que me dijeran el número.
Tras conseguir sacar los 20 euros del cajero me he ido a la cafetería a seguir pensando en lo extraordinario que soy, me había acordado de un pin del día anterior y rebosaba de felicidad por ello. Todavía no había asociado el hecho de haberme acordado de un pin del día anterior con el de no acordarme del pin que llevo utilizando 5 años ya que mi estupidez es ilimitada. Estaba sumergido en mis delirios de grandeza imaginandome ganador en competiciones de concursos de memoria.
Pasado un rato en las nubes tomándome un café me he ido de la cafetería.
Dos horas después, tras una exploración rutinaria de mis bolsillos, he descubierto que todavía figuraban en mi poder los 20 Euros que había sacado, con los cuales tenía que pagar el café entre otras cosas. También me había olvidado de pagar en la cafetería.
Volví a la cafetería a pagar porque me conocen y es cuando me he asumido que mi memoria no ha mejorado en absoluto. Lo del pin ha sido sólo un espejismo y la memoria sigue brillando en mí por su ausencia.
Hoy ha venido un engendro humano que compró un teléfono ayer preguntándome gilipolleces sobre los mensajes multimedia. Al encender su teléfono me ha venido a la cabeza su número pin que le puse el día anterior, le pregunto si su número pin es el 9998 y el tío me dice
- Joder macho, qué cabeza tienes.
Al escuchar eso me he regocijado en mi vanidad pensando en lo inteligente que soy.
Más tarde he ido al cajero automático porque necesitaba dinero para tomar café, mientras caminaba seguía pensando en la extraordinaria memoria que tenía y en lo increíblemente sorprendido que se habrá quedado el engendro del teléfono, no encontraba ninguna explicación a como Dios podía haber creado a un ser tan excepcional y con tanta memoria como la mía. Yo mismo estaba sorprendido de mi propia capacidad intelectual.
Siempre he tenido mala memoria, pero tras un suceso como el de hoy he empezado a pensar que estaba eliminando ese defecto. Desde siempre los tests de inteligencia me han salido altos, pero cuando salía un gráfico con todas las capacidades, todas salían altas salvo la memoria, que se colocaba aproximadamente en el 25% de la mediana.
Al llegar al cajero he puesto la Visa, he puesto el número, he intentado sacar dinero y me ha salido en pantalla: PIN ERRÓNEO.
No me acordaba del número pin de mi tarjeta que llevo utilizando con frecuencia desde hace más de 5 años, he llamado a casa para que buscaran en un cajón donde tengo apuntadas todas esas cosas para que me dijeran el número.
Tras conseguir sacar los 20 euros del cajero me he ido a la cafetería a seguir pensando en lo extraordinario que soy, me había acordado de un pin del día anterior y rebosaba de felicidad por ello. Todavía no había asociado el hecho de haberme acordado de un pin del día anterior con el de no acordarme del pin que llevo utilizando 5 años ya que mi estupidez es ilimitada. Estaba sumergido en mis delirios de grandeza imaginandome ganador en competiciones de concursos de memoria.
Pasado un rato en las nubes tomándome un café me he ido de la cafetería.
Dos horas después, tras una exploración rutinaria de mis bolsillos, he descubierto que todavía figuraban en mi poder los 20 Euros que había sacado, con los cuales tenía que pagar el café entre otras cosas. También me había olvidado de pagar en la cafetería.
Volví a la cafetería a pagar porque me conocen y es cuando me he asumido que mi memoria no ha mejorado en absoluto. Lo del pin ha sido sólo un espejismo y la memoria sigue brillando en mí por su ausencia.
7 comentarios
Jeronimo -
Un cordial saludo para el comepoyas
En Tierra Firme -
Rosicky -
Jooo... es que no sé cómo explicarlo. Del escrito, qué decir, que tienes una imaginación desbordante a la hora de escribir, independientemente de que eso sea completamente real o no. Lo único te tengo que comentar una cosilla de tu admirable estilo :) Na, no te molesto más. Un abrazo ;)
Venus -
Y casate conmigo de una puta vez ya, cojones!!
su -
Jajaja, lo de la cafetería muy bueno...
Un beso
Salvador Dalí i Doménech -
Xely -
Se ha hecho muy amena la lectura, ha sido muy interesante, y como te dije antes, el detalle de poner el cuadro del genio Dalí, La persistencia de la Memoria ha sido genial, y como ya sabes, me encanta dicho cuadro. Saludos!