Publicidad
Podría haber contestado al examen la definición que me sabía de memoria, podría haberles repetido lo que ponía en los libros, podría haberles satisfecho... pero en ese caso nunca hubiese dicho lo que he aprendido.
Según la definición oficial la publicidad es una disciplina científica cuyo objetivo es persuadir al público meta con un mensaje comercial para que tome la decisión de compra de un producto o servicio que una organización ofrece ¿Pero como iba a contestar eso?
Mi único crimen fue dejarme llevar y tomarme la pregunta “¿qué es la publicidad?” como si me lo preguntasen personalmente a mí. Evidentemente no contesté lo que debía.
Cogí la hoja del examen y contesté lo que realmente pienso, olvidándome de todo lo estudiado o de todo lo que intentaron hacerme creer.
Dije que la publicidad es el arte de engañar, de manipular a las masas, de aprovecharse de una situación de desconocimiento del receptor para tratar de hacerles recordar marcas o servicios. Que la publicidad también es propaganda (entiéndase propaganda como la propagación de ideologías) y que la democracia se basa en la mentira estadística y en la ignorancia general.
Dije que la publicidad es el instrumento más cancerígeno de la sociedad capitalista, que la propaganda se distribuye entre la ignorancia de la gente a través del “Pan y circo” (panem et circenses que decía Juvenal) que profesaba el visionario Julio Cesar 50 años antes de Cristo. Ya entonces sabían que para mantener controlada a la gente y ocultar las cosas importantes bastaba con darles comida y espectáculo. Es la Paella y fútbol de Canal 9 en Valencia, o las paellas gigantes que organizan los del PP en Valencia, pidiendo agua (aunque se destruya la delta del Ebro) para regar campos de golf.
Dije que la publicidad es el arte de llevar hasta la extenuación la célebre frase de Goebbels “Si una mentira se repite las suficientes veces acaba siendo verdad”. Y que es un insulto a la inteligencia y un aprovechamiento de la gente que no tiene un nivel cultural suficiente para poder discernir lo que las multinacionales quieren hacerles pensar. Dije que la publicidad es la ejecución de la propaganda nazi al servicio del capitalismo.
Dije que la publicidad es el enemigo de la democracia. Porque gracias a ella los que más dinero tengan para difundir sus ideas por los medios masivos serán los que alcancen el éxito electoral o comercial.
Dije que la publicidad es el engaño a los instintos más primarios para generarnos necesidades que no tenemos. Que utilizan los instintos maternales para vender una marca de pañales a una madre o los instintos sexuales para tratar de encasillarnos un coche. “Bebe este refresco y tendrás a esta mujer”, “Ponte esta colonia y las mujeres se pelearán por ti”, “Con la moda de esta firma los hombres siempre se fijarán en mí”.
Dije que la publicidad se ha asentado como algo normal en nuestras vidas. Que nos ha engañado para hacernos creer que es normal que en los edificios se cuelguen letreros con marcas, que vemos normal que las películas se corten para ver mayonesas y enemas desfilar por nuestro televisor.
Dije que en el mundo sobraban los publicistas. Que el señor Foster Kane ya nos enseñó de qué forma funciona la publicidad y la propaganda, y que uno triunfa porque alguien quiere que triunfe, porque alguien tiene dinero y quiere promocionarlo y nunca por méritos propios.
Y sobre todo, dije que yo no había venido a estudiar esta carrera para engañar a la gente, que yo no quería ser publicista, que el conocimiento de ella lo único que me ha aportado es una seguridad para ser inquebrantable ante ella, y que no estaba dispuesto a seguir contestando el resto de preguntas del examen. Yo estaba allí para aprender, para ser comunicador y transmitir algún día la verdad a la gente para intentar hacer un mundo mejor y no pensaba contestar esas definiciones absurdas de libro.
Dije que si lo que pretendían era convertirme en un robot que repitiera de memoria una definición para sacar un 10 y ser el mejor de la promoción que conmigo habían fracasado. Pero si por el contrario, creían que era un éxito que alguien lograse pensar por sí mismo, que tuviese ideas propias, que plantase cara a la afrenta que supone repetir mentiras y luchar por unos ideales, que conmigo lo habían conseguido.
La cuestión es que este examen no ha parecido gustarle a la profesora de publicidad. Que al día siguiente me llamó para ir a su despacho. Me pidió una explicación y lo único que le dije es que me remitía a lo dicho en el examen.
Me preguntó si me creía un graciosillo. Que la publicidad es un negocio que mueve mucho dinero, que es una industria de la que trabaja mucha gente y que tenía una idea muy equivocada. Le dije que la verdad está por encima de todo el dinero que puedan ofrecer las marcas, que para mí hay un millón de cosas más importantes que el dinero y que esas cosas estaría dispuesto a defenderlas con mi propia vida.
Me levanté de la silla y la insulté, le dije que era una incompetente y que era una vergüenza que gente como ella impartiera clases en una universidad. Que con gente como ella sería imposible llegar a una sociedad ideal, pues no pueden educar profesores que no están educados.
Juró que me acordaría de lo que acababa de decir.
Hoy me han citado ante el despacho del rector para comunicarme oficialmente mi expulsión por insultos y agresión verbal a una profesora. En la charlita que me han dado me han dicho que he echado a perder mi futuro, que no puedo ir así por la vida, que nunca obtendré el título universitario con esa actitud y que yo podría haber hecho mucho más si hubiese querido.
No he protestado, ni siquiera he tratado de defenderme. He abierto la boca el menor número de veces posible.
Mientras me comunicaban la decisión les miraba con desprecio porque ellos no saben que los principios de uno están muy por encima de los títulos universitarios. Que hay gente como yo que todavía tiene ideales, que es inquebrantable y que no le importa demasiado tener una orla de licenciados colgando en el despacho de su oficina si dentro de mí se anida el verdadero aprendizaje de la vida.
Según la definición oficial la publicidad es una disciplina científica cuyo objetivo es persuadir al público meta con un mensaje comercial para que tome la decisión de compra de un producto o servicio que una organización ofrece ¿Pero como iba a contestar eso?
Mi único crimen fue dejarme llevar y tomarme la pregunta “¿qué es la publicidad?” como si me lo preguntasen personalmente a mí. Evidentemente no contesté lo que debía.
Cogí la hoja del examen y contesté lo que realmente pienso, olvidándome de todo lo estudiado o de todo lo que intentaron hacerme creer.
Dije que la publicidad es el arte de engañar, de manipular a las masas, de aprovecharse de una situación de desconocimiento del receptor para tratar de hacerles recordar marcas o servicios. Que la publicidad también es propaganda (entiéndase propaganda como la propagación de ideologías) y que la democracia se basa en la mentira estadística y en la ignorancia general.
Dije que la publicidad es el instrumento más cancerígeno de la sociedad capitalista, que la propaganda se distribuye entre la ignorancia de la gente a través del “Pan y circo” (panem et circenses que decía Juvenal) que profesaba el visionario Julio Cesar 50 años antes de Cristo. Ya entonces sabían que para mantener controlada a la gente y ocultar las cosas importantes bastaba con darles comida y espectáculo. Es la Paella y fútbol de Canal 9 en Valencia, o las paellas gigantes que organizan los del PP en Valencia, pidiendo agua (aunque se destruya la delta del Ebro) para regar campos de golf.
Dije que la publicidad es el arte de llevar hasta la extenuación la célebre frase de Goebbels “Si una mentira se repite las suficientes veces acaba siendo verdad”. Y que es un insulto a la inteligencia y un aprovechamiento de la gente que no tiene un nivel cultural suficiente para poder discernir lo que las multinacionales quieren hacerles pensar. Dije que la publicidad es la ejecución de la propaganda nazi al servicio del capitalismo.
Dije que la publicidad es el enemigo de la democracia. Porque gracias a ella los que más dinero tengan para difundir sus ideas por los medios masivos serán los que alcancen el éxito electoral o comercial.
Dije que la publicidad es el engaño a los instintos más primarios para generarnos necesidades que no tenemos. Que utilizan los instintos maternales para vender una marca de pañales a una madre o los instintos sexuales para tratar de encasillarnos un coche. “Bebe este refresco y tendrás a esta mujer”, “Ponte esta colonia y las mujeres se pelearán por ti”, “Con la moda de esta firma los hombres siempre se fijarán en mí”.
Dije que la publicidad se ha asentado como algo normal en nuestras vidas. Que nos ha engañado para hacernos creer que es normal que en los edificios se cuelguen letreros con marcas, que vemos normal que las películas se corten para ver mayonesas y enemas desfilar por nuestro televisor.
Dije que en el mundo sobraban los publicistas. Que el señor Foster Kane ya nos enseñó de qué forma funciona la publicidad y la propaganda, y que uno triunfa porque alguien quiere que triunfe, porque alguien tiene dinero y quiere promocionarlo y nunca por méritos propios.
Y sobre todo, dije que yo no había venido a estudiar esta carrera para engañar a la gente, que yo no quería ser publicista, que el conocimiento de ella lo único que me ha aportado es una seguridad para ser inquebrantable ante ella, y que no estaba dispuesto a seguir contestando el resto de preguntas del examen. Yo estaba allí para aprender, para ser comunicador y transmitir algún día la verdad a la gente para intentar hacer un mundo mejor y no pensaba contestar esas definiciones absurdas de libro.
Dije que si lo que pretendían era convertirme en un robot que repitiera de memoria una definición para sacar un 10 y ser el mejor de la promoción que conmigo habían fracasado. Pero si por el contrario, creían que era un éxito que alguien lograse pensar por sí mismo, que tuviese ideas propias, que plantase cara a la afrenta que supone repetir mentiras y luchar por unos ideales, que conmigo lo habían conseguido.
La cuestión es que este examen no ha parecido gustarle a la profesora de publicidad. Que al día siguiente me llamó para ir a su despacho. Me pidió una explicación y lo único que le dije es que me remitía a lo dicho en el examen.
Me preguntó si me creía un graciosillo. Que la publicidad es un negocio que mueve mucho dinero, que es una industria de la que trabaja mucha gente y que tenía una idea muy equivocada. Le dije que la verdad está por encima de todo el dinero que puedan ofrecer las marcas, que para mí hay un millón de cosas más importantes que el dinero y que esas cosas estaría dispuesto a defenderlas con mi propia vida.
Me levanté de la silla y la insulté, le dije que era una incompetente y que era una vergüenza que gente como ella impartiera clases en una universidad. Que con gente como ella sería imposible llegar a una sociedad ideal, pues no pueden educar profesores que no están educados.
Juró que me acordaría de lo que acababa de decir.
Hoy me han citado ante el despacho del rector para comunicarme oficialmente mi expulsión por insultos y agresión verbal a una profesora. En la charlita que me han dado me han dicho que he echado a perder mi futuro, que no puedo ir así por la vida, que nunca obtendré el título universitario con esa actitud y que yo podría haber hecho mucho más si hubiese querido.
No he protestado, ni siquiera he tratado de defenderme. He abierto la boca el menor número de veces posible.
Mientras me comunicaban la decisión les miraba con desprecio porque ellos no saben que los principios de uno están muy por encima de los títulos universitarios. Que hay gente como yo que todavía tiene ideales, que es inquebrantable y que no le importa demasiado tener una orla de licenciados colgando en el despacho de su oficina si dentro de mí se anida el verdadero aprendizaje de la vida.
25 comentarios
vanity Dust -
Helena -
Helena -
Helena -
En Tierra Firme -
Bixina -
¿Asturiana? :oD Ahora si que me parto !!!
No pensaba contestar pero es que mescojono viva :oD
Helena -
Bixina -
¿Tú que sabes de mí listilla? Cómprate amigos y déjame en paz, no voy a entrar en tu juego, así que "a palabras necias oídos sordos" :oP
Helena -
Bixina -
Un saludo ;o)*
Helena -
Kivan -
El mundo de la publicidad es casi tan venenoso como presenciar la pelicula de Amelie -por poner un ejemplo válido-, y aún asi siempre los habrá que prefieran tragárselo todo.
Bixina -
Un besín enorme :o)*
Noelet -
K triste que siempre nos tengas que avisar... de todas maneras me gusta que me hayas hecho pensar sobre el tema!!
En Tierra Firme -
Es una paranoia que me entró tras estudiar mucho tiempo publicidad, me quedé con las ganas de hacerlo e imaginé qué podría pasar si lo hiciera... se trata de una fantasía, no sé si algún día podré contenerme de hacerla.
Lakota/Black baccara/ La Rosa negra/Marta/Mararía/Luna Blanca -
Besitos a ti y a Feder, que escribe ficción de puta madre!
PPP My answer -
Pancri -
Nada, que me alegra que no sea así, aunque haya perido mi tiempo en negociaciones con el rector :)
Me despido de ti que me voy de viaje, cualquier cosa que necesites, usa tus otros contactos xD
Bye!
Señorita decente -
Espero volver a saber de ti pronto. bye
sara -
casas -
Susan -
Noelet -
En fin, jode mucho ver los valores que evalúan los profesores, donde se puntúa más un copia/pega de la definición del libro, que una reflexión personal bien argumentada sobre el tema.
Además estoy de acuerdo contigo totalmente. Mi experiencia personal con la publicidad no es muy buena... de hecho hice un módulo de diseño gráfico donde tuve alguna que otra discusión con la profesora, porqué aquello no era mostrar un producto, aquello es mentir deliberadamente (de un modo visual, pero mentir al fin y al cabo) a la gente, utilizar valores para manipular las necesidades de las personas...
Pero bueno, también tenemos que recordar lo que nos dijo Toni (el pápa de Tonet) en un soleado día 9 de octubre:"si te quieres cagar en el sistema estrablecido, primero tienes que conseguir 'infiltrarte' en él".
Ánimo xiket!!
Pancri -
Lakota -