Las cuchillas de afeitar también sirven para cotarse las venas.
Hay cosas que uno hace sin saber por qué, sin un motivo aparente, simplemente se hacen y ya está. Últimamente no me afeitaba, he estado dejándome la barba durante meses. Tenía la pinta de un bohemio que deja su estética en manos de la naturaleza, de alguien que descuida su aspecto porque le importa un comino la imagen que da. Pero el Lunes fue uno de esos días que te levantas, te miras al espejo y sin más decides afeitarte. Y así lo hice.
Luego me fui al instituto. Entré un poco tarde a la clase de latín, no pasaba nada, en latín no hacemos nada. Me adentré en la clase y al acercarme a la gente una compañera me vio y dijo: “¡Caray! ¡Te has quitado veinte años de encima sin la barba!”. Pues vale, pensé. Me senté en la última fila y el que estaba sentado delante de mí se giró y me dijo: “pareces más joven”. Hice cara de simpático y me callé.
Pasó la primera hora de clase y tuve que ir a otra aula donde hacemos la mayoría de clases y en la que coincido con otra gente. Mientras esperábamos al profesor, se me acercó una chica, la más joven de toda la clase, y me dijo:
- Anda Fredy ¡Te has afeitado¡ ¿Cómo es eso?
No contesté, me quedé mirándola, ¿cómo es eso? Pensaba, ¿tenía que dar una respuesta explicativa, razonada y argumentada al porqué de mi decisión de afeitarme? La tía se quedó mirándome y esperando una respuesta. Yo no sabía qué decir y permanecí callado. Ella se pensó que no la había escuchado bien y volvió a repetir: “¿Cómo es que te has afeitado?” Dejando la boca entreabierta y los ojos entornados como una estúpida. Me dieron ganas de decirle: “¿Yo te pregunto por qué te afeitas el coño? ¿No? ¡Pues déjame en paz!”. No sabía cómo argumentar por qué me había afeitado. Me encogí de hombros y le dije: “No lo sé”. Ella levantó la cabeza y dijo: “ah” y se fue no sé si muy satisfecha. Al rato vino el profesor y empezó la clase. Me senté en la mesa donde me pongo habitualmente. El que se sienta a mi lado, mientras el profesor explicaba, me dijo por lo bajo: “¿Te has afeitado eh? Pareces otro”, lo miré, le sonreí y me giré para mirar la pared blanca, más blanca que nunca. Me pregunté qué sentiría un terrorista cuando se inmola sabiendo que se lleva a toda la gente que le rodea por delante. Yo estaba a punto de explotar y no llevaba ningún cinturón de explosivos.
La clase finalizó y tomé otro respiro, decidí quedarme en el aula sentado y esperando a que llegase el próximo profesor. El compañero de al lado y el que se sentaba delante se pusieron a hablar:
- Esta mañana he corrido 3 kilómetros en media hora.
- Eso no es nada – dijo el otro -. Yo esta mañana he estado levantado ochenta kilos en pesas, he hecho cuatro series y en la última ya no podía más. Mira – levantó el brazo -. Tengo esto durísimo, toca, toca, me duele mucho, seguro que voy a tener agujetas.
Así estuvieron durante unos minutos que se me hicieron eternos. Mientras tanto yo me preguntaba si sería cierto que la muerte por inhalación de dióxido de carbono era tan placentera como dormirse y pensé que el suicidio no parecía una idea tan disparatada.
De pronto, el que estaba hablando de sus músculos, viendo que no participaba en la conversación se interesó en saber mi opinión, quizás fuese por el morbo de saber qué opinaba el raro de la clase al respecto, y me preguntó:
- ¿Y tú? ¿Haces algún deporte? ¿Te gusta ir a correr?
Lo miré, como quien mira a un maniquí y contesté:
- Desprecio el culto al cuerpo y todo en general, no me gusta el mundo material.
El de las pesas echó una mirada cómplice al corredor, les parecía una tontería lo que les había dicho. Entonces me preguntó:
- ¿Tú eres como Platón no?
- No, yo no creo en el alma, pero soy bastante idealista.
- ¿Y es cierto que te gustaría estudiar filosofía? – dijo el otro.
- Me gusta la filosofía, pero yo quiero hacer periodismo, si no tuviese la nota suficiente para hacer periodismo no descartaría estudiar filosofía.
Una chica que estaba allí de pie escuchando lo que decíamos me dijo:
- ¿Es verdad que te gusta la filosofía?
- Sí – consté girándome y mirándola desde abajo. Pensé que estaba interesada en mis inquietudes.
- ¿Y cómo te puede gustar eso? – dijo con cara extrañada y desencajada.
- No lo sé. Simplemente me gusta.
- ¿De verdad? ¡Qué fuerte! – Se acercó a mí para que no lo escuchase nadie más, y me dijo en voz baja: - No digas eso a nadie que se reirán de ti.
¿El suicidio era una idea disparatada? El suicidio, pensándolo bien, era una idea razonablemente válida.
Transcurrió la clase de historia del arte, muy interesante como siempre. Luego siguió la clase de literatura. La profesora nos ha mandado leer “Luces de bohemia” y estaba comentando la biografía de Valle-Inclán.
- Valle-Inclán era un personaje al que le gustaba mucho mentir con su biografía para mitificarse, contaba que su brazo lo había perdido en una guerra en la que nunca había participado, le gustaba mucho fantasear con su biografía.
Cuando de pronto, el que se sentaba a mi lado, que era uno de los de la conversación de los musculitos, dijo:
- Como Fredy
- ¿Cómo? – preguntó la profesora -. ¿Por qué dices eso? – Yo estaba expectante por saber por qué había dicho eso.
- Antes ha dicho que no le gustaba su cuerpo.
- ¡Yo no te he dicho eso! – salté -. ¡He dicho que despreciaba el mundo material!
- Bueno, pues eso – dijo como si fuese lo mismo -. Es un personaje misterioso. – Dijo de broma mientras reía.
- Pero eso no está nada mal – contestó la profesora.
- Y dice que es como Platón.
- ¡No he dicho eso! – contesté.
- ¡Ah! ¡Y también dice que le gustaría estudiar filosofía!
La ventana estaba a mi lado, pero era un primer piso. Miré a la profesora, ella me entendía, sabía qué estaba pensando yo en ese mismo momento, había leído algunas cosas de las que había escrito y eso me reconfortaba. Me quedé quieto y callado. No quise decir nada.
Al terminar la clase, cuando caminaba por el pasillo dispuesto a irme a casa, se me acercó uno y me dijo:
- ¡Te estaba mirando y no te reconocía! ¿Te has afeitado eh?
15 comentarios
lydia -
dk -
dk -
dk -
Luna -
Un beso, Poeta.
Duilio -
yo en cambio me mataría por otras cosas
Nica -
Un beso para tí
Rosicky -
Rosicky -
Yo no creo que no tengas compasión... Es que joder, a veces ver a tanta gente plana frustra bastante... Y si tienes unos intereses culturales ya te ven como un bicho raro...
Un abrazo, amigo!!! :)
En Tierra Firme -
Voy a escribir 200 veces en la pizarra: no volveré a visitar espacios msn de gente deconocida.
Celia -
Ni se te ocurra suicidarte ¬¬'
Sigue vivo para seguir riéndote de la flora y fauna de tu clase. Además, si te suicidas no te lo perdonaría, que lo sepaz :P
En cuanto al ecosistema que se ha montado en tu clase... es la caña, ahí metes una cámara oculta y podría ser un buen experimento XD
En fin, ya nos seguirás contando que tal por clase.
Un besote!!
diamar -
osiris -
saludos
Luna -
Considero que eres una persona sin compasión por el resto, no se puede ir por la vida provocando a tus congéneres y rompiéndoles esquemas. Seguro que ese día tuvieron unos minutos más de \\\\\\\"charla trascendental\\\\\\\" hablando de ti ;)
Si te suicidas, a quién van a criticar? Hay que ser más caritativo, bohemio.
Fenix -